lunes, 26 de noviembre de 2012



TARZÁN DE LOS MONOS: Edgard Rice Burroughs

Por todos es conocido el personaje creado por Burroughs (ojo!!! No es el tarado de la Beat Generation) pero personalmente no conocía a nadie que se hubiese leído la novela original, de donde surge el mito. Sí, el menda lerenda, fan irredento de la novela de aventuras, no había leído Tarzán.
De hecho, en mi ignorancia, pensaba que la famosa peli esa de Tarzán de Greystoke, con el inmortal de protagonista, era una adaptación de la novela (de hecho juraría que la vendían como tal). El caso es que la peli me gusto, era un alegato ecologista, anti-urbanita, sencillito, un film sin demasiadas pretensiones y si quieren ustedes también tópico y predecible, pero coño, me gusto; así que cuando videe la clásica edición del País Aventuras, con su correspondiente portada fea-abstracta-modernaka en una de las típicas estanterías con saldos de una de tantas librerías que conforman ese oasis conocido popularmente como la Cuesta de Moyano, no dude ni instante en comprarlo ipso-facto al irrisorio precio de un lauro.
Pero grande ha sido mi sorpresa, porque, desde luego, el libro se parece mucho más a las pelis de Weissmuller y cia (vamos, lo que todo el mundo conoce) que a la de Lambert, que aparte de los padres muertos, la violencia y los paisajes no tiene mucho más que ver, y sí con las clásicas del blanco y negro o por lo menos es lo que recuerdo de pequeñito cuando veía los ciclos de Tarzán en casa de mi querida abuela Justa: el puto león cabrón, el colega elefante, los negritos caníbales e hijoputas etc., etc.
Hay  mogollón más de detalles que difieren de la peli en cuestión, a mí me choco que en el libro los monos a excepción de la mama adoptiva de Tarzán aparecen como unos salvajes gilipollas sin ninguna sensibilidad, como si una panda de pokeros de barrio periférico se tratasen, al contrario que en el film donde los monos son peña de puta madre; excepto algún elemento díscolo, son majos, solidarios y hasta sabios.
Sin embargo, en el libro,  lo que me llamo la atención en un primer momento es que el mensaje del libro no  es otro que el vil darwinismo social!!! o lo que es lo mismo la aplicación de las ideas de Darwin sobre la evolución mediante la selección natural a países y razas.
Los ideólogos de esta teoría política venían a decir que había países o estados con razas dinámicas que se adaptaban mejor al medio ya que eran más trabajadoras, guapas y fuertes, por eso eran sociedades más evolucionadas y por lo tanto poderosas, mientras había otras que no, y por eso estaban subdesarrollados y atrasadas. Claro esta, el deber de los avanzados era conquistar y enseñar a los subdesarrollados, más que nada, por su bien. Se pueden imaginar que anglosajones y en menor medida los arios eran los pinzones de las Galápagos y el resto pues morralla que no había llegado a la meta de la evolución. Todo estas ideas estaban bastante extendidas en la época entre cierta intelectualidad burguesilla y algo de calado harían en el bueno de Edgar. De hecho el libro fue escrito en 1911, en el cenit del imperialismo europeo y al punto álgido en cuanto a prestigio y poder del Imperio Británico; ya sabéis: la sociedad victoriana, el rules britania, el dancing matilda y demás mierda flemática. Burroughs, como buen pijeras yanki, debía de estar obnubilado por la Pérfida Albión, como muchos de sus compatriotas, que incluso no dudaban en intentar emparentar a sus hijos o incluso ellos mismos con gente de la nobleza inglesa, aunque estos últimos fueran unos desgracias, arruinados y vividores, pero coño tener un título nobiliario para esa gente debía de ser la ostia, pues como por ejemplo podría ser para las pijillas de hoy en día follarse un torero de tres al cuarto si eres pija del PP/PSOE o acampar en el 15-M si eres pija del PSOE/IU, algo con un valor real igual al cero patatero pero que daba prestigio y solera entre sus amistades.
Todo esta fascinación por lo inglés en particular y por esa idea de que la civilización occidental es de puta madre y es la namber uan se ve reflejado constantemente en el libro, pero ojo, solo con las clases pudientes, la basura blanca sin posibles y por lo tanto sin cultura y educación (básicamente, marineros de todo tipo y condición)  son descritos en el libro como auténticos infrasers, malos-malosos, chusma que merece el mismo trato que las alimañas y lo más sangrante se les describe no solo como unos hijos de puta de tomo y lomo sino como más tontainas y zoquetes que cualquier bicho , y lo que es más grave, no solo los inglesuchos y zafios yankis pudientes aparecen como gente cojonuda a tope sino que los putos gabachos también son la rehostia, el culmen de la nobles cualidades que deben de estar presente en la auténtica y genuina raza humana; el resto no son más que cromañones destinados a desaparecer. Esto también vale para otras razas e incluso países, por ejemplo los negritos aparecen descritos no solo como uno sanguinarios caníbales sino sobretodo como unos tontainas del copón, a los que Tarzán se pasa buena parte del tiempo haciéndoles putadas y mangándoles de todo, pero tampoco los belgas y su famoso rey Leopoldo II salen muy bien parados (curiosamente en la peli el personaje que enseña a hablar a Tarzán es belga, en el libro francés) y tampoco nosotros, orgullosos españoles campeones del mundo en chorrecientas disciplinas deportivas. Todo esto es lo que me venía a la cabeza según iba leyendo el libro pero también es cierto que Burroughs va introduciendo matices y ambigüedades hasta llegar al final donde lo primero que nos lleva a la mente es un to be continued. Al final, uno no sabe que pensar, si realmente el libro es un hip-hip-hurra de los blanquitos y el occidente desarrollado, o una oda al primitivismo asocial. Probablemente Edgard, hombre de su tiempo como todos los hombres de todos los tiempos, lo único que pretendía es forrarse haciendo una buena novela de aventuras. Si eso es así consiguió las dos cosas.
Pero no voy a contaros el puñetero libro de cabo a rabo,  sino, como va a ser habitual, las cosas que más me han llamado la atención aunque no tengan la más mínima importancia en la trama principal:

-  La gente que lo flipa con las pelis de ostias y navajazos deberían de leer este libro en menos tiempo del que Steven Seagel desnuca a un narcotraficante. El libro es un continuo reguero de sangre debido a las constantes peleas de Tarzán con todo quisque. Un buen día se afostia con un gorila salvaje, al otro cose a puñaladas a un león, un rato después estrangula a un negro, al siguiente le toca el turno a un mono chungo de la manada. Y es que ríete tú de Rambo II y III cuando él solo se carga a la elite del ejercito ruso y vietnamita, aquí hay yoyas y sangre para hacer las delicias del más exigente seguidor del UFC, el MMA y demás morralla para pajilleros de la violencia más primaria. Eso sí, Tarzán siempre sale victorioso, pero no porque este cachas o tenga un cuchillo que te cagas sino porque es occidental, blanquito e inglés y por lo tanto muy inteligente (sip, en una pelea con un león lo importante es el cerebro) vamos que si Tarzán hubiese sido italiano o búlgaro no hubiese durado un telediario. Pero no solo Tarzán va sembrando cadáveres allá por donde va; también los negritos tonto-malvados hacen alguna de las suyas y finalmente ellos mismos son ajusticiados al modo clásico europeo, vamos que son machacados sin piedad a base de jarabe de plomo de forma cobarde y traidora por los putos gabachos.





Mi pelea favorita es la que tiene lugar con uno de los monos con el que Tarzán se lleva mal que la finiquita con una llave Nelson. Sí, efectivamente una llave de pressing catch!!!!, y encima gana porque el mono se rinde, VAAAAMOOOOOS!!!!, Edgard me ha ganado, ni kárate, ni boxeo, ni pollas, Tarzán gana las peleas con llaves de pressing, sí señor, esto demuestra que el wrestling es un deporte de verdad, imprescindible para la supervivencia en la jungla. El resto de cursos pagados de prácticas orientales para convertirse en asesino, caprichitos para pijos violentos.

- ¡¡¡¡¡Qué asco da la familia Porter!!!!. ¿Y quienes son esos?, dirán ustedes. Pues ni más ni menos que la archifamosa Jane, compañera sentimental de Tarzán, y el brasas de su padre. Por un lado el profesor Porter es un pedante de la ostia que va de sobrado porque se supone que es muy culto pero el muy gilipollas no hace más que meterse en líos y por extensión meter en esos líos a los demás. Pónganse en situación, sobrevivir en una selva tiene que ser jodido, en la que describe Burroughs donde los animales tienen siempre más hambre que el perro de un ciego, ni te cuento, pues imagínense allí con el clásico profesor que todos hemos sufrido, 50% chulo de mierda, 50% tontolaba que esta donde esta por enchufe. Pues lo más probable es que a las primeras de cambio nos hubiese papeado un león o matado a ostias un gorila. Pero estos, por suerte, tienen a Tarzán salvando vidas a destajo mientras quita otras, para dejar claro que la raza blanca manda y no tu banda, y que el ideal griego de cuerpo Danone en mente de rata de filmoteca nunca pasa de moda. Así vemos como Tarzán es más necesario para la expedición que Gasol para la selección y salvo la cuota obligatoria de anónimos buenos muertos (en este caso unos pocos gabachos de mierda) todo el mundo sale indemne, eso sí, a costa de dejar la selva como un solar.
Conociendo al padre, ya pueden ustedes imaginarse como será la joyita de la hija y si a esto les añado que encima es hija única, huérfana de madre y pija hasta decir GÉNOVA, pues eso, que uno esta deseando constantemente que se la meriende un león o que se la folle un gorila (cosas que están a punto de ocurrir sino es por el aguafiestas de siempre). La pedorra de Jane es una niña caprichosa, consentida; el tipo ejemplo de pija universal y atemporal. Primero anda enamoradilla de un caballero inglés que resulta ser primo de Tarzán, que por supuesto es un noble y esta forrado, pero claro, luego conoce a Tarzán y se pone cachondísima porque esta “tooo mazas” y mata a un mono a mojadas, así que pasa olímpicamente del inglesillo (que también es un repelente de cojones) y se lía con Tarzán;  podemos decir que así entra en la edad del pavo. Como no puede ser de otra manera, esta deja a Tarzán encoñado hasta las cejas y se pira a los USA a hacer pucheros porque echa de menos a su cachas sabrosón y porque el subnormal de su viejo se ha arruinado, y tendrá que casarse con un ricachón maloso para poder seguir manteniendo su tren de vida. Después de muchas peripecias el pobre Tarzán consigue llegar a la casa de su amada, le salva de un incendio, le soluciona el problema con el pretendiente maloso……y que recibe de premio???, el rechazo a su amor porque ahora resulta que se le ha pasado la edad del pavo, ha sentado la cabeza, y claro como va estar ella toda la puta vida entre lianas y monos, comiendo hierbajos y carne cruda con el Tarzán este, que es buen tío, pero es un inmaduro y claro debe pensar en su futuro, así que al final se compromete con el puto inglesillo, dejando a Tarzán con un palmo de narices. Al final lo único que vemos es que el “de los monos” es un tío de puta madre (y no les cuento porque), pero muy de puta madre, o eso, o que tras conocer Europa y América habrá visto a otras chicas arias, guapitas y de buena familia y se habrá dado cuenta que no merece la pena perder el tiempo con la niñata llorona esta.

En fin, muchas más les podría contar, pero ya me he enrollado demasiado, de hecho he mentido como un bellaco y prácticamente les he descrito todo el libro. Pero antes no puedo resistir dejar en el aire un pequeño interrogante: qué pasaría si Russian Red y el pelirrojo de la Habitación Roja tuviesen un hijo y en un accidente de avión cayesen en una playa de Torrevieja, muriendo vilmente los dos progenitores a manos de dos bakalas ciclados, siendo el hijo adoptado por una familia de chonis de Villaverde. ¿El hijo con el tiempo se convertiría en un payaso-frívolo-malasañero asiduo a la filmoteca?, o por el contrario, ¿entraría dentro del maravilloso mundo de las artes marciales, los coches tuneados, las modas ridículas y las colas de Kapital?. Si quieren saber la respuesta dejen de perder el tiempo y léanse el libro ya mismo.

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