jueves, 6 de diciembre de 2012


“Los Cosacos”, Lev Tolstói

La lectura de este libro me provocó sentimientos encontrados. Me explico. Siendo yo un burdo iletrado (sic), la minuciosa descripción de los idílicos parajes del Cáucaso, de sus blancas montañas, y sus sencillos habitantes, se me antojaba tan interesante como el análisis de eventualidades, durante la cría del cangrejo bivalvo. Y en esto se pasa el bueno de Tolstói, durante gran parte de esta novela. Yo, esperaba encontrarme una novela, poco menos que de atroz acción bélica entre feroces pueblos se nutriera, sin embargo, aunque estas partes de acción también se encuentran en tímida y romántica medida, la verdadera lectura de la obra va más allá, tirando más hacia una síntesis del significado de la vida. En esta historia basada en vivencias del propio Tolstói, de cuando intentó escapar de la vida disoluta de su juventud, perdido por los vicios en el excitante y nobiliario Moscu, se intenta encontrar la búsqueda de la felicidad, el modo de llenar una existencia vacía mediante actos filantrópicos, reflexión introspectiva, y admiración y asimilación de la simplicidad y magnitud de la naturaleza.
Así parte el cadete Olenin, desde la capital rusa, rumbo a un lejano paraje fronterizo caucásico donde es destinado, dejando atrás toda esa vida de artificio e hipocresía, para encontrar la sencillez de la vida de unos embrutecidos, pero nobles guerreros, los cosacos, en continua bronca con los mezquinos y acechadores chechenos, por esos “quiteme allá esas pajas” territoriales de toda la vida, ya saben.. En toda historia tolstoiana que se precie, al parecer, encontramos una historia de amor, o más bien, un obscuro objeto del deseo y la obsesión con un final tirando a trágico. En este caso protagonizada por la joven Mariánushka, huidiza y misteriosa, a partes iguales, junto al aguerrido joven Lúkashka, apuesto y heroico cosaco local. Otros personajes se entremezclan, derrochando filosofía de lo cotidiano, disquisiciones etnográficas de la región, y costumbrismo, que dotan a la obra de un encantador, campechano, bucólico aroma, que pacifica y relaja el espíritu, cosa fina, oigan.
En resumen, una novela menor, que no profundiza, en demasía, en ese afán por el conocimiento de los misterios de la vida, pero resulta agradable de leer, dinámica. Un recomendable cuento para una lectura veraniega. O quizá un entremés, entre dos espesas obras de arduo contenido político-filosófico, como las que estamos hechos a leer, y algún día, cuando nos pille calientes, comentaremos en este blog.

Caruty 

lunes, 26 de noviembre de 2012



TARZÁN DE LOS MONOS: Edgard Rice Burroughs

Por todos es conocido el personaje creado por Burroughs (ojo!!! No es el tarado de la Beat Generation) pero personalmente no conocía a nadie que se hubiese leído la novela original, de donde surge el mito. Sí, el menda lerenda, fan irredento de la novela de aventuras, no había leído Tarzán.
De hecho, en mi ignorancia, pensaba que la famosa peli esa de Tarzán de Greystoke, con el inmortal de protagonista, era una adaptación de la novela (de hecho juraría que la vendían como tal). El caso es que la peli me gusto, era un alegato ecologista, anti-urbanita, sencillito, un film sin demasiadas pretensiones y si quieren ustedes también tópico y predecible, pero coño, me gusto; así que cuando videe la clásica edición del País Aventuras, con su correspondiente portada fea-abstracta-modernaka en una de las típicas estanterías con saldos de una de tantas librerías que conforman ese oasis conocido popularmente como la Cuesta de Moyano, no dude ni instante en comprarlo ipso-facto al irrisorio precio de un lauro.
Pero grande ha sido mi sorpresa, porque, desde luego, el libro se parece mucho más a las pelis de Weissmuller y cia (vamos, lo que todo el mundo conoce) que a la de Lambert, que aparte de los padres muertos, la violencia y los paisajes no tiene mucho más que ver, y sí con las clásicas del blanco y negro o por lo menos es lo que recuerdo de pequeñito cuando veía los ciclos de Tarzán en casa de mi querida abuela Justa: el puto león cabrón, el colega elefante, los negritos caníbales e hijoputas etc., etc.
Hay  mogollón más de detalles que difieren de la peli en cuestión, a mí me choco que en el libro los monos a excepción de la mama adoptiva de Tarzán aparecen como unos salvajes gilipollas sin ninguna sensibilidad, como si una panda de pokeros de barrio periférico se tratasen, al contrario que en el film donde los monos son peña de puta madre; excepto algún elemento díscolo, son majos, solidarios y hasta sabios.
Sin embargo, en el libro,  lo que me llamo la atención en un primer momento es que el mensaje del libro no  es otro que el vil darwinismo social!!! o lo que es lo mismo la aplicación de las ideas de Darwin sobre la evolución mediante la selección natural a países y razas.
Los ideólogos de esta teoría política venían a decir que había países o estados con razas dinámicas que se adaptaban mejor al medio ya que eran más trabajadoras, guapas y fuertes, por eso eran sociedades más evolucionadas y por lo tanto poderosas, mientras había otras que no, y por eso estaban subdesarrollados y atrasadas. Claro esta, el deber de los avanzados era conquistar y enseñar a los subdesarrollados, más que nada, por su bien. Se pueden imaginar que anglosajones y en menor medida los arios eran los pinzones de las Galápagos y el resto pues morralla que no había llegado a la meta de la evolución. Todo estas ideas estaban bastante extendidas en la época entre cierta intelectualidad burguesilla y algo de calado harían en el bueno de Edgar. De hecho el libro fue escrito en 1911, en el cenit del imperialismo europeo y al punto álgido en cuanto a prestigio y poder del Imperio Británico; ya sabéis: la sociedad victoriana, el rules britania, el dancing matilda y demás mierda flemática. Burroughs, como buen pijeras yanki, debía de estar obnubilado por la Pérfida Albión, como muchos de sus compatriotas, que incluso no dudaban en intentar emparentar a sus hijos o incluso ellos mismos con gente de la nobleza inglesa, aunque estos últimos fueran unos desgracias, arruinados y vividores, pero coño tener un título nobiliario para esa gente debía de ser la ostia, pues como por ejemplo podría ser para las pijillas de hoy en día follarse un torero de tres al cuarto si eres pija del PP/PSOE o acampar en el 15-M si eres pija del PSOE/IU, algo con un valor real igual al cero patatero pero que daba prestigio y solera entre sus amistades.
Todo esta fascinación por lo inglés en particular y por esa idea de que la civilización occidental es de puta madre y es la namber uan se ve reflejado constantemente en el libro, pero ojo, solo con las clases pudientes, la basura blanca sin posibles y por lo tanto sin cultura y educación (básicamente, marineros de todo tipo y condición)  son descritos en el libro como auténticos infrasers, malos-malosos, chusma que merece el mismo trato que las alimañas y lo más sangrante se les describe no solo como unos hijos de puta de tomo y lomo sino como más tontainas y zoquetes que cualquier bicho , y lo que es más grave, no solo los inglesuchos y zafios yankis pudientes aparecen como gente cojonuda a tope sino que los putos gabachos también son la rehostia, el culmen de la nobles cualidades que deben de estar presente en la auténtica y genuina raza humana; el resto no son más que cromañones destinados a desaparecer. Esto también vale para otras razas e incluso países, por ejemplo los negritos aparecen descritos no solo como uno sanguinarios caníbales sino sobretodo como unos tontainas del copón, a los que Tarzán se pasa buena parte del tiempo haciéndoles putadas y mangándoles de todo, pero tampoco los belgas y su famoso rey Leopoldo II salen muy bien parados (curiosamente en la peli el personaje que enseña a hablar a Tarzán es belga, en el libro francés) y tampoco nosotros, orgullosos españoles campeones del mundo en chorrecientas disciplinas deportivas. Todo esto es lo que me venía a la cabeza según iba leyendo el libro pero también es cierto que Burroughs va introduciendo matices y ambigüedades hasta llegar al final donde lo primero que nos lleva a la mente es un to be continued. Al final, uno no sabe que pensar, si realmente el libro es un hip-hip-hurra de los blanquitos y el occidente desarrollado, o una oda al primitivismo asocial. Probablemente Edgard, hombre de su tiempo como todos los hombres de todos los tiempos, lo único que pretendía es forrarse haciendo una buena novela de aventuras. Si eso es así consiguió las dos cosas.
Pero no voy a contaros el puñetero libro de cabo a rabo,  sino, como va a ser habitual, las cosas que más me han llamado la atención aunque no tengan la más mínima importancia en la trama principal:

-  La gente que lo flipa con las pelis de ostias y navajazos deberían de leer este libro en menos tiempo del que Steven Seagel desnuca a un narcotraficante. El libro es un continuo reguero de sangre debido a las constantes peleas de Tarzán con todo quisque. Un buen día se afostia con un gorila salvaje, al otro cose a puñaladas a un león, un rato después estrangula a un negro, al siguiente le toca el turno a un mono chungo de la manada. Y es que ríete tú de Rambo II y III cuando él solo se carga a la elite del ejercito ruso y vietnamita, aquí hay yoyas y sangre para hacer las delicias del más exigente seguidor del UFC, el MMA y demás morralla para pajilleros de la violencia más primaria. Eso sí, Tarzán siempre sale victorioso, pero no porque este cachas o tenga un cuchillo que te cagas sino porque es occidental, blanquito e inglés y por lo tanto muy inteligente (sip, en una pelea con un león lo importante es el cerebro) vamos que si Tarzán hubiese sido italiano o búlgaro no hubiese durado un telediario. Pero no solo Tarzán va sembrando cadáveres allá por donde va; también los negritos tonto-malvados hacen alguna de las suyas y finalmente ellos mismos son ajusticiados al modo clásico europeo, vamos que son machacados sin piedad a base de jarabe de plomo de forma cobarde y traidora por los putos gabachos.





Mi pelea favorita es la que tiene lugar con uno de los monos con el que Tarzán se lleva mal que la finiquita con una llave Nelson. Sí, efectivamente una llave de pressing catch!!!!, y encima gana porque el mono se rinde, VAAAAMOOOOOS!!!!, Edgard me ha ganado, ni kárate, ni boxeo, ni pollas, Tarzán gana las peleas con llaves de pressing, sí señor, esto demuestra que el wrestling es un deporte de verdad, imprescindible para la supervivencia en la jungla. El resto de cursos pagados de prácticas orientales para convertirse en asesino, caprichitos para pijos violentos.

- ¡¡¡¡¡Qué asco da la familia Porter!!!!. ¿Y quienes son esos?, dirán ustedes. Pues ni más ni menos que la archifamosa Jane, compañera sentimental de Tarzán, y el brasas de su padre. Por un lado el profesor Porter es un pedante de la ostia que va de sobrado porque se supone que es muy culto pero el muy gilipollas no hace más que meterse en líos y por extensión meter en esos líos a los demás. Pónganse en situación, sobrevivir en una selva tiene que ser jodido, en la que describe Burroughs donde los animales tienen siempre más hambre que el perro de un ciego, ni te cuento, pues imagínense allí con el clásico profesor que todos hemos sufrido, 50% chulo de mierda, 50% tontolaba que esta donde esta por enchufe. Pues lo más probable es que a las primeras de cambio nos hubiese papeado un león o matado a ostias un gorila. Pero estos, por suerte, tienen a Tarzán salvando vidas a destajo mientras quita otras, para dejar claro que la raza blanca manda y no tu banda, y que el ideal griego de cuerpo Danone en mente de rata de filmoteca nunca pasa de moda. Así vemos como Tarzán es más necesario para la expedición que Gasol para la selección y salvo la cuota obligatoria de anónimos buenos muertos (en este caso unos pocos gabachos de mierda) todo el mundo sale indemne, eso sí, a costa de dejar la selva como un solar.
Conociendo al padre, ya pueden ustedes imaginarse como será la joyita de la hija y si a esto les añado que encima es hija única, huérfana de madre y pija hasta decir GÉNOVA, pues eso, que uno esta deseando constantemente que se la meriende un león o que se la folle un gorila (cosas que están a punto de ocurrir sino es por el aguafiestas de siempre). La pedorra de Jane es una niña caprichosa, consentida; el tipo ejemplo de pija universal y atemporal. Primero anda enamoradilla de un caballero inglés que resulta ser primo de Tarzán, que por supuesto es un noble y esta forrado, pero claro, luego conoce a Tarzán y se pone cachondísima porque esta “tooo mazas” y mata a un mono a mojadas, así que pasa olímpicamente del inglesillo (que también es un repelente de cojones) y se lía con Tarzán;  podemos decir que así entra en la edad del pavo. Como no puede ser de otra manera, esta deja a Tarzán encoñado hasta las cejas y se pira a los USA a hacer pucheros porque echa de menos a su cachas sabrosón y porque el subnormal de su viejo se ha arruinado, y tendrá que casarse con un ricachón maloso para poder seguir manteniendo su tren de vida. Después de muchas peripecias el pobre Tarzán consigue llegar a la casa de su amada, le salva de un incendio, le soluciona el problema con el pretendiente maloso……y que recibe de premio???, el rechazo a su amor porque ahora resulta que se le ha pasado la edad del pavo, ha sentado la cabeza, y claro como va estar ella toda la puta vida entre lianas y monos, comiendo hierbajos y carne cruda con el Tarzán este, que es buen tío, pero es un inmaduro y claro debe pensar en su futuro, así que al final se compromete con el puto inglesillo, dejando a Tarzán con un palmo de narices. Al final lo único que vemos es que el “de los monos” es un tío de puta madre (y no les cuento porque), pero muy de puta madre, o eso, o que tras conocer Europa y América habrá visto a otras chicas arias, guapitas y de buena familia y se habrá dado cuenta que no merece la pena perder el tiempo con la niñata llorona esta.

En fin, muchas más les podría contar, pero ya me he enrollado demasiado, de hecho he mentido como un bellaco y prácticamente les he descrito todo el libro. Pero antes no puedo resistir dejar en el aire un pequeño interrogante: qué pasaría si Russian Red y el pelirrojo de la Habitación Roja tuviesen un hijo y en un accidente de avión cayesen en una playa de Torrevieja, muriendo vilmente los dos progenitores a manos de dos bakalas ciclados, siendo el hijo adoptado por una familia de chonis de Villaverde. ¿El hijo con el tiempo se convertiría en un payaso-frívolo-malasañero asiduo a la filmoteca?, o por el contrario, ¿entraría dentro del maravilloso mundo de las artes marciales, los coches tuneados, las modas ridículas y las colas de Kapital?. Si quieren saber la respuesta dejen de perder el tiempo y léanse el libro ya mismo.

viernes, 9 de noviembre de 2012



“Ferragus, Jefe De Los Devorantes”, Honoré De Balzac.

Baroja decía, en un diario personal que narra algunos de sus años en París, que no había grandes novelistas en el siglo XX, y jugaba, deleitado, a imaginar al estremecido público francés que leía Ferragus, Jefe de los Devorantes, en sus lúgubres casas, pobremente alumbradas con lámparas aceitosas, un siglo antes. Algo estremecedor, ni lo duden. Para él, el género moría, pues no se conseguía crear lo necesario para dotar a la novela del misterio necesario que atrapa lectores.

Melancólicas y peliculeras impresiones aparte, Balzac está reconocido como puntilloso narrador de escenas cotidianas, y buen conocedor del alma humana y sus más recónditos recovecos. Es, como cualquiera, producto de su tiempo. Nacido tras la Revolución, y criado durante el Primer Imperio, con el ínclito Napoleón a la cabeza de una Francia ofensiva, guerrera, que conoció valores más románticos, heroicos e idealistas, los cuales echaría de menos, en posteriores tiempos de Restauración borbónica. Todo esto hizo mella en la vasta obra de Honoré, y la dotó de una belleza de forma y fondo, de una riqueza descriptiva y análisis social, que le entroncan con los naturalistas franceses, y con Zola, su representante más ilustre.

Primeramente, referir que esta novela es la primera parte de una trilogía llamada La Historia de los Trece”, junto con La Muchacha de los Ojos de Oro, y La Duquesa de Langeais. Es una obra breve, escrita en torno a 1830, que rebosa de amor profundo (y enfermizo, porque no decirlo) y palpitante, con unas amplias dosis de intriga.
Uno de los mayores puntos del libro es, sin duda, la capacidad de descripción que el autor tiene para presentar la ciudad de París al lector. Una ciudad analizada, a través de sus calles, sus edificios, su iluminación, y la condición de su gente, que sirve así mismo, como una soterrada crítica social, puesto que involucra tanto al burgués, como al cortesano, al estudiante como al burócrata. Aquí, Balzac, se recrea en desentrañar sus propias visiones de ese periodo histórico que atañe a Francia, desde la caída del “absolutismo” (1789) a la citada Restauración, con duras palabras para una sociedad sometida a unos cambios radicales, en corto espacio de tiempo.

Auguste de Maulincour, joven oficial de la Guardia Real, apasionado amante, sensible en extremo, y perseguidor infatigable de un amor puro, e inocente, se topa de bruces con una trama, que a todas luces le viene grande, tras los oscuros y equívocos pasos de Madame Clémence Jules, una delicada dama de la burguesía, sin pasado aparente, pero con un presente bien solidificado en brazos de su marido, Monsieur Jules Desmarets. Un matrimonio feliz, cuya existencia y razón de ser, es también pormenorizado por el autor con un deleite similar, a la disección que hace de las capacidades amatorias femeninas, y de las que salen levemente bien paradas, dicho sea de paso.
En todo esto, se mezcla un tipo misterioso, Ferragus. Procedente de oscuras y místicas sociedades secretas, manipulador extravagante, ilusionista de lo ambiguo, que se mueve como un fantasma por esas calles atiborradas de claroscuros. La imprudencia del militar precipita una cascada de hechos, imposible de frenar y que salpican a un leve elenco de personajes secundarios que desarrollan, a la vez, un retrato filosófico del pensamiento de la época.
Un final apocalíptico, impresionante, como una tormenta encerrado tras las grandes vidrieras góticas de la mismísima Notre-Dame, hacen de este libro una lectura muy recomendable.

Aún al final de la novela, hay espacio para la crítica mordaz e indeterminada, que tan bien sabe colocar el autor, entre el desarrollo de la acción:
“La legalidad constitucional y administrativa no da a luz nada; es un monstruo infecundo para los pueblos, los reyes, y para los intereses privados; pero los pueblos solo saben deletrear los principios escritos con sangre; ahora bien, las desgracias de la legalidad serán siempre pacificas. Aplastan a la nación, eso es todo.”

Pierre Caruty

jueves, 1 de noviembre de 2012

MICHAEL JORDAN: “El rey del juego”


MICHAEL JORDAN: “El rey del juego”

Como os podéis imaginar, este libro se trata de la biografía del más famoso baloncestista  (y casi deportista) y para muchos el mejor. No comparto esta afirmación de una manera tan tajante, pero siempre me ha atraído el carácter de este jugador con fama de ser un tarado ultracompetitivo y he sentido curiosidad por su trayectoria vital y deportiva, que seguro que estaba repleta de anécdotas a medio camino entre lo chusco y lo heroico.  Además sabiendo que el autor era el forero de ACB.com conocido como MEEJ, una auténtica enciclopedia andante del basket yankee y que por si fuera poco goza de un sano sentido del humor y una capacidad innata para desarrollar finas ironías, tuve claro que me tenía que hacer con este libro en cuanto fuese posible.
Me congratula anunciar que no me ha decepcionado en casi nada, si acaso se echa de menos la acidez de la que de vez en cuando hace gala el autor en mi foro amigo; todo lo demás son parabienes. El libro esta escrito de una forma sencilla y dinámica por lo cual se lee del tirón, y abarca desde el mismo nacimiento del amigo Michael hasta el breve epílogo cuando se convierte en el mandamás de los Charlotte Bobcats, vamos que más completo no puede ser.

Así vemos pasar la vida del colega Jordan jalonada de triunfos deportivos, algún que otro fracaso, la muerte de su viejo, su primera retirada, la locurita del baseball, su vuelta y éxitos made in América, etc, etc. Pero sin lugar dudas, como he dicho antes, lo más atractivo son los innumerables episodios derivados de su carácter ganador e infantil.
No me puedo resistir a contar varios ejemplos frescos aún en mi memoria:

-         El pequeño Michael parece ser que era un chaval un tanto tímido y un auténtico inútil en lo que a los trabajos manuales se refiere, hasta tal punto que prefería lavar los platos con sus hermanas que estar con la caja de herramientas para machotes con sus hermanos. Esto le granjeo el desprecio de su progenitor pero pronto recupero su respeto y desterró su timidez cuando empezó a destacar en el deporte; y vaya, me cagoentodo, que injusta es la vida en la sociedad capitalista y ya, en yankilandia, ni te cuento. Eso de que todos somos iguales y con esfuerzo llegaremos a donde queramos es una puta patraña de mierda. Me explico: servidor de ustedes también era un auténtico patán con la llave inglesa y el destornillador, la verdad es que mi padre nunca me despreció por ello, pero aún así yo me volqué en el baloncesto (en mi caso para emular a Larry Bird y a Vicente Gil, no a Jordan, claro) para demostrar mi virilidad, ya que con el martillo no podía, pero hete aquí que desde luego no era un cachas saltarín de 2 metros, y bueno, esta mal decirlo, pero tampoco era negro y si lo hubiese sido creo que me hubiera dedicado a emular a Otis Redding o Jackie Wilson, que al fin y al cabo un blanco puede jugar bien al baloncesto, pero cantar Soul, no se yo. El caso es que por mucho que entrenará, jugará e hiciera el canelo con los balones medicinales me tuve que joder, y termine abandonando la práctica deportiva para dedicarme a beber cerveza y escuchar a los Sex Pistols, algo que afortunadamente esta al alcance de todos y que esta bastante bien, pero no me sirvió para ligar en la Universidad como si le paso a Michael, aunque bueno seguro que MJ si en vez de ir a North Carolina, hubiese ido a la UAM no hubiera ni llegado a la liga LEB ya que habría terminado con una camiseta de Extremoduro, con rastas y enganchado al hachís, aparte de dejar preñada a una jipi en la famosa fiesta de primavera de Cantoblanco.

-         Mis conocidos saben que soy superior a ellos en cualquier deporte (sí, mis conocidos y amigos son unos flojeras, y yo… un fantasma) excepto en uno, la puta natación. Desde mi más tierna infancia lo he intentado pero no ha habido manera, nado igual que un hámster en una bañera, pero curiosamente en eso a Michael Jordan le gano; el pobre parece ser que tiene auténtico pavor al mar y apenas sabe nadar. Curioso, uno de los deportistas más sobresalientes de la Historia es un patán en el agua hasta tal punto que una jubilada del barrio de Ascao podría ganarle en una carrera. En el libro se dice que Jordan tuvo una experiencia traumática pero también se dejan entrever los claro-oscuros de la historia, ya que no se sabe a ciencia cierta si fue una novia o un amigo quien coño se ahogó en el mar. Así que no sabemos que pensar, si de verdad Michael tuvo esta desgraciada experiencia, o que una vez más su carácter infantil y competitivo le impide reconocer que es un patán para esto de la natación, que tiene fobia a cualquier agua que no salga de la ducha y por eso se invento esa truculenta historia del amigo/novia arrastrado/a por las olas.
-         Otra anécdota que me hizo gracia fue la historia de que su hermana era una empollona del copón hasta tal punto que se graduó en la High School un año antes de lo que le tocaba. M. J. se pico e inició una absurda competición con su hermana a ver quien sacaba mejores notas, con lo cual nuestro amigo empezó a sacar notazas a casco porro, eso sí, no consiguió superar a su hermana, a quien imaginamos cuerda y consecuentemente le importaría un ovario las gilipolleces de su “Broddahh”. Ya me puedo imaginar al joven Michael encerrado en su casa, al estilo Cosas de Casa, empollando como un ratón de biblioteca, mientras sus amigotes de la hermandad Kapa-Kapa-Omega le intentan convencer para ir al centro comercial a ver la última de Spielberg. Una vez más, si Michael hubiese ido a la UAM, nada de esto hubiera pasado; los colegas le hubieran sacado a rastras de casa y le obligarían a ir a las fiestas del PCE en la Casa de Campo, donde se hubiese puesto ciego a Kalimotxo, acabaría con una afonía increíble de tanto cantar Vicio de los Reinci y hubiera terminado dejando embarazada a alguna puta rumana. Pero aprendan la lección, padres, madres; si me están leyendo ya saben lo que tienen que hacer para que sus retoños consigan una beca universitaria; eso sí ya les advierto, conmigo eso no funciono, mi hermana sacando notables y sobres y yo repitiendo curso como el cabrón que soy.

Y más no les voy a contar porque les aburriría y lo que es más importante me aburriría yo. Hay infinitud de episodios, cuanto menos, curiosos, algunos muestran las bondades de su carácter (gran ética de trabajo, independencia, espíritu de autosuperación, de vez en cuando atisbos de compañerismo) y otros sus mezquindades y chifladuras (puteos sistemáticos a compañeros y rivales, una ludopatía fuera de lo normal, nulo compromiso social, ser el infame protagonista de esa mierda llamada Space Jam).  Así que, en definitiva, compren o saquen de alguna biblio el libro y lean, lean; les guste o no el deporte, este libro les hará pasar un buen rato que es lo que importa; la vida obra y milagros de la gente rara siempre debe de ser registrada en letras para la posteridad; que, por ejemplo, a mí no me gusta Napoleón y bien que me lo he pasado leyendo relatos sobre la vida del enano ególatra.

sábado, 20 de octubre de 2012


“Así Habló Zaratustra”, Friedrich Nietzsche.

Es con este libro, de la época más tardía del autor, con el qué me acerco al turbio y radical pensamiento nietzscheano. Gracias a dios (o al Superhombre, en este caso) esta edición tiene una extensa introducción (un cuarto del libro, aproximadamente), que junto a un dulce y nostálgico repaso a mis apuntes de COU, me han animado a escribir esta reseña. No soy, sin ninguna duda, la persona más indicada para analizar la obra de Nietzsche, que se pueda encontrar en el entorno del piadoso autor de este blog, pero seguramente, si la más dispuesta (ejem).

La obra se compone de cuatro partes, más un breve prólogo. Según quien, se suele considerar más literaria que filosófica, pues aunque trate un conjunto de nuevos y revolucionarios pensamientos del autor, por boca del único protagonista, el profeta persa Zaratustra, no deja de ser una novela. Una historia ficticia que evoluciona en un espacio-tiempo, a veces difícil de situar, pero existente. 

La historia narra cuando Zaratustra desciende de su cueva, en las montañas, para predicar, entre los hombres, una nueva colección de valores e ideas, bastante alejados de la tradicional moral, mayormente cristiana, de la época. La proclamación de la muerte de dios, como símbolo de la caída de la tradición histórica, podría ser el titular fácil que más llama la atención, pero esto es sólo el comienzo. Esto, en aquellos momentos, tuvo que causar más de una jaqueca, ni se duda, pues la cultura occidental era completamente teísta. Ahora bien. Lo realmente jugoso es desgranar capítulo tras capítulo, las ambiguas metáforas y alusiones continuas a la Biblia, la bilis que este alemán vomita contra todo lo que forma parte de su educación. Zaratustra canta al desprecio hacia compasivos, débiles, sabios, políticos, e incluso a las mujeres, y un sinfín de arquetipos sociales.
El último estadio al que el hombre debe evolucionar, el SuperHombre, es el otro gran concepto que presenta esta obra, junto con toda una enumeración de pautas bien definidas (aunque en lenguaje poético,  a veces algo ambiguo) de comportamiento, particularmente con su semejante.

Como conclusiones personales podría añadir, que Nietzsche parece decidido a acabar con el mundo metafísico y se aferra a lo terrenal a toda costa. No respeta, y habla con dureza de todo lo que el hombre no pueda coger con una mano, se llame dios, solidaridad, amor o conocimiento. Su énfasis obsesivo por la superación de los valores tradicionales, la dominación del entorno y la imposición de su poder, en aplicación directa al SuperHombre, le da un carácter despótico y cruel a la obra. No obstante, me parecen un conjunto de teorías merecedoras de atención, sobre las que se pueden extraer perlas muy necesarias, enmarcadas en contextos concretos, claro está.

Pierre Caruty

miércoles, 14 de marzo de 2012

LA HISTORIA INTERMINABLE: Micheal Ende


Como bien dice mi buen amigo Antonov, siempre me busco cualquier excusa para dar la barrila con la Historia Interminable. Este invento no iba a ser una excepción. Ya les digo que estaba pensado que la primera edición hubiese salido un mes o dos meses antes, pero mi cabezonería y mi empeño por abrir el telón con la Historia Interminable ha retrasado un poco la cosa porque aunque es el libro que más veces he leído, esto me ha servido como excusa para volverlo a leer para la ocasión. Y es que amigos en mi modesta y fanática opinión es el mejor libro que jamás se ha escrito nunca, y no solo me refiero a nuestra época contemporánea, no!!; también incluyo a los grandes clásicos de cualquier época, ya sea Shakespeare, Cervantes, Virgilio o las varias personas que debieron de juntarse en el imaginario popular bajo el nombre de Homero; si acaso solo lo pondría por debajo del Nuevo Testamento (el Viejo, aunque mola, no es demasiado original). El caso es que no se me da demasiado bien tomarme las cosas muy en serio, por desgracia creo que tengo más talento para destruir que para crear, o lo que es lo mismo, soy un criticón de cojones y a casi todo le saco punta, así que no creo que me queda una reseña muy inspirada pero bueno, tengo que hacerlo y lo voy a hacer, que diantres!!!!.

Mil cosas se podrían contar de este fantabuloso libro, es un libro con mil detalles, mil historias que encierran la principal, que es ni más ni menos, que la búsqueda de la auténtica voluntad, eso que parece tan fácil pero que en realidad es más complicado que ver una buena película española. Lo primero y lo suyo sería empezar por el propio autor. El señor Ende es, sin lugar a dudas, el mayor genio literario que ha dado, por lo menos, el siglo XX. Nacido en Alemania en 1927 de resultas del coito de un pintor y una fisioterapeuta. Así que ya os podéis imaginar que el joven ende debió de salir rarillo y bohemio, después de ir dando tumbos por el mundo del artisteo escribió su primera obra Jim Botton y Lucas el Maquinista, la cual fue rechazada durante dos años por los editores, lo cual nos muestra el ojo y la sagacidad de estos especimenes ya que fue premio nacional de literatura infantil, a esta obra le siguieron la continuación Jim Botton y los trece salvajes y otra auténtica maravilla llamada Momo, a su debido tiempo ya os daré la chapa con estas y otros libros del genial escritor. Así, poco a poco nos plantamos en el año 1979, Michael Ende anda recluido en su casa de los alpes italianos, el editor le visita y le pide un nuevo libro, no parece que la cosa vaya a mucho más, la verdad, pero hete tú aquí que mister Ende se va obsesionando con el libro hasta tal punto de quedarse encerrado en su casa en medio de una nevada importante, retrasando continuamente el plazo de entrega con el editor, hasta que al fin crea esta obra maestra.
Y es que nuestro amigo no quería dejar el menor cabo suelto en el transcurrir del libro, lo trajo una obra enrevesada, quizás difícil de leer sino se esta con todos los sentidos puestos pero que sin lugar a dudas gana y gana a medida que lo relees una y otra vez
Cual es el lief motive, pues nada, los listillos antontados te dirán que es una novelilla de cuentos sobre seres mitológicos y un cuentecillo infantil un poco aburrido, que mola mucho más el Señor de los Anillos que es más guay. No les hagas ni puto caso, sí es cierto, que un chaval se puede leer esto y por supuesto le gustará, pero lo más probable es que no se entere de nada, porque al contrario que el plomo de Tolkien no se trata de la clásica historia maniquea de buenos vs malos, o lo que es lo mismo guapos vs feos u occidentales vs orientales. Afortunadamente, el señor Ende rompe con toda esa tradición y va mucho más allá creando un libro complejo de cojones donde al igual que la Biblia o los Sex Pistols cada uno interpreta a su manera la historia que nunca acaba.
Así vemos que Bastian, un chaval tímido, apocado y con una tragedia familiar se va a ver envuelto en lo que todos alguna vez hemos deseado, ser el protagonista del libro que uno se esta leyendo para convertirse en el salvador y héroe absoluto. Un cuento normal escrito por un cualquiera hubiese terminado aquí, pero no estamos ante un libro normal, ya que el protagonista le irán ocurriendo distintas vicisitudes que nos os voy a contar que le harán darse cuenta de que es lo que realmente importa y que aceptarse a si mismo con las virtudes y defectos de cada uno al final es lo que cuenta para llegar a quererse a si mismo y al final quizás ser hasta feliz. En fin que todos sabemos que esto es muy fácil en la teoría, pero el día a día nos somete a presiones de las que nos es difícil escapar y lo terminamos olvidando, algo muy humano, pero coño, no pierdan la esperanza y lean por lo menos una vez al año la Historia Interminable y sean felices por lo menos un ratito al día, después denme las gracias y pueden ayudarme a completar todas las historias alternativas que va dejando Ende en el final de cada película, pero eso será una historia que debe ser contada en otro momento.
A los buenas días.
Efectivamente, me he dado cuenta de que tengo mucho tiempo libre y que he ¿mal?-gastado mucho dinero en libros. Así que he decidido llenar parte de mi tiempo con la sana intención de evadirme un rato haciendo un ejercicio de pedantería o de gañanería, depende de quien lea esto, y a ver si así puedo, no ya ligar, pues todo el mundo sabe que, por lo general, el aficionado a la lectura liga menos que el de pressing-catch (upppppssssss); sino más bien, discutir con cualquiera que ose llevarme la contraria, tanto aquí o preferiblemente en un bar con una cerveza. Por eso desde el principio advierto que voy a soltar las cosas según las siento o las recuerdo; voy a pasar olímpicamente de documentarme y por supuesto de ser políticamente correcto. Voy a hablar aquí como hablaría en una tasca y si se me pasa alguna falta de ortografía, pues lo siento, la culpa es de la telefonía móvil y del mundo moderno en su afán por rentabilizar el tiempo y el espacio.
Odio tener que hacer las cosas solo,  en primer lugar porque soy un puto vago de tres pares de cojones y necesito tener siempre a alguien metiéndome prisa o tirando de mí y so, también y más importante, pienso que compartir cualquier proyecto, aunque sea un vulgar y mísero blog es algo que se disfruta el doble si se hace con amigos, así que dicho y hecho, somos unos cuantos pringaos, ratas de biblioteca de pastel, a las que nos gusta más leer cualquier chorrada que un canallita de Lavapiés una Rave en una okupa. Así que espero que seamos unos cuantos que los pongamos nuestras gilipolleces y probablemente terminemos discutiendo los unos con los otros, Bien, de puta madre, así por lo menos alguna visita tendrá esto, aunque sean solo las nuestras. Si por casualidad es usted una de las personas que no escribe aquí pero lee más libros, mejor y quiere dejarnos en ridículo o enseñarnos lo que es la verdadera utilidad o intención de los literatos, sean estos los que sea, no lo dude, busque la manera de ponerse en contacto con el A-Team de este sitio, que estaremos encantados de publicarle lo que sea, eso sí, el que avisa no es traidor, si no nos gusta le podremos verde, tenga o no tenga razón, que eso a un buen español que se precie de serlo, le importa tres cojones si lo que quiere es discutir.